miércoles, 19 de diciembre de 2007

Las Asambleas Constituyentes en Colombia cambian el pensamiento politico

REFERENTE FILOSOFICO PARA LAS ASAMBLEAS CONSTITUYENTES.

Aunque hasta, ahora, en el tema de las asambleas constituyentes se ha tomado como referente teórico el movimiento, o teoría de la noviolencia, de gandhi y como piso jurídico la participación ciudadana consagrada en la Constitución Nacional de Colombia, me atrevo, con el permiso de los teóricos de la noviolencia a proponer para este movimiento de las Asambleas Comunitarias o constituyentes como referente filosófica, la filosofía de la “alteridad” de Emmanuel Levinas, basada en el reconocimiento y aceptación del otro/otra como parte de mi responsabilidad , pues me parece que encaja muy bien, ya que el transfundo filosófico del movimiento constituyente es precisamente visualizar a los otros y a las otras como parte integral de la sociedad y de la comunidad; los otros y las otras los escribo en plural ya que a mi forma de ver, va mucho más allá que el mero reconocimiento individualizado y generoso o altruista; se trata de un reconocimiento, yo diría integral, es decir, en su dimensión vital sin el cual o sin los cuales no se puede construir sociedad incluyente, donde la opinión de cada quién cuenta y se convierte en mandato ciudadano.

Al reconocer a otro y a la otra como plurales se construye la sociedad en consenso, más que reconocerlo es aceptarlo, con su manera de ver las cosas y el mundo; una cosa es construir una idea de sociedad teniendo en cuenta a los otros, pensando sus necesidades y proponiendo las posibles soluciones y llamarlo para presentarle lo estudiado y lo decidido, como casi siempre ocurre; y otra muy distinta es construir una idea de sociedad con el otro, concertando cualquier propósito y construyendo caminos incluyentes, haciéndole frente a las necesidades de una manera colectiva, lo que se construye en conjunto, esto es, colectivamente, es lo que genera cambios substanciales y se promueve la transformación de las estructuras. En las asambleas constituyentes se le hace fuerza a la siguiente expresión: “lo que no se menciona no se tiene en cuenta, y lo que no se tiene en cuenta, simplemente no existe” esto nos da una nueva visión de la “Alteridad”, no es solamente reconocer al otro y a la otra, sino que es aceptarlo, mencionarlo e incluirlo para construir consensos y determinar horizontes; en un sistema como este no existen ni se aceptan decisiones previas y particulares o unilaterales, sino que son resultados en consensos, donde se recoge la opinión de todas las personas participantes activamente. La alteridad en este caso es la aceptación del otro y de la otra e plural, en colectivo, sin violar la privacidad de cada ser. Me atrevo a afirmar, aunque sea muy prematuro, que las asambleas constituyentes, están generando una nueva corriente de pensamiento filosófico surgida desde la pluralidad que sería como la expresión más madura y perfecta de la “alteridad” ya que el otro está ahí, opinando, generando ideas concertando y decidiendo. En esta clase de corriente filosófica no existe el pensamiento individualista, las opiniones son de todos y todas y no son de nadie a la vez, colectivamente se construyen y colectivamente se adoptan y se disfrutan y de igual forma se pueden de rogar cuando ya no genere el impacto deseado, porque se tiene la facultad colectiva de crear normas, reformarlas y cambiarlas. Y si se quiere también, estamos asistiendo, al surgimiento, de un nuevo modelo político y de gobierno que le daría mayor viabilidad a la democracia participativa, que sería la forma más plena del sistema Democrático.

Al tomar como referente la Filosofía de la “Alteridad” de Levinas, no podríamos ser copistas replicando únicamente las ideas tal como él las planteó, seríamos castrantes con el pensamiento nuestro y debilitaríamos al movimiento constituyente: como teoría filosófica, nos sirve de base, de camino, de luz para construir nuestro nuevo sistema, si se quiere, dándole identidad propia, perfeccionando a mi manera de ver, de corriente de pensamiento de la “Alteridad” agregándole nuevos elementos que lleva a una mayor apreciación de la dignidad de la persona humana.
Por otra parte el movimiento constituyente perfecciona, la teoría de los derechos humanos, es más llegarían a su punto cúlmen, porque en esta nueva forma de sociedad no solo se reconocen los derechos humanos sino que se conceden de una manera irrestricta y sin ninguna limitación ya que lo que colectivamente se construye colectivamente se defiende y se asume como propia. En una sociedad, autorregulada y auto sostenida, la responsabilidad recae sobre todo el colectivo o comunidad, aquí no se señalan culpables, sino que se atacan los problemas con mayor eficacia y con decisión. En este nuevo sistema de sociedad se pueden atacar con mayor vehemencia los problemas más álgidos de la humanidad, porque es el sentir de la comunidad y si la comunidad la dice, hay que ponerle atención y nadie saldría afectado en su integridad ya que cada individuo estaría protegido por lo colectivo.

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