MENSAJE DE NAVIDAD DE 2007.
Cada año celebramos con gozo, entusiasmo y alegría las Fiestas de NAVIDAD, siempre anhelando, que el Dios hecho Niño nos traiga nuevos horizontes, que se acaben las penas y nazca la serenidad apacible que da paz a los corazones. Vuelve a resonar el coro de los ángeles: “gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombre de buena voluntad” ( Lc.2,14 ), entendamos bien esta expresión, es necesaria la buena voluntad de los hombre y mujeres de nuestro tiempo para recibir la paz que Dios viene a traernos, no vasta con pedirla, hay que anhelarla y tener actitudes para recibirla y trabajar hasta alcanzarla.
La Navidad es una muy buena oportunidad para reconciliarnos entre hermanos, amigos y conocidos y volver a estrechar los lazos de amistad superando las diferencias que nos separan y buscando la armonía que hace florecer la y la felicidad.
No existe otro camino para reconstruir la sociedad que el camino del Pesebre y la Navidad, así nos lleve hasta la Cruz, es decir, hacia una entrega total para poder alcanzar la pascua, que significa restauración total de la humanidad caída.
Feliz Navidad, con anhelos de paz.
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